Otra vez 19 de septiembre. Otra vez la Ciudad colapsada. Una vez más nos llegó de golpe el sutil recordatorio de la naturaleza. Otra vez la sensación de vulnerabilidad y el miedo.

Casi no quiero escribir, no tengo ganas. Me siento frustrada y dolida. Veo a la gente de mi ciudad yendo de un lado hacia otro, desesperados por ayudar en dónde sea, como sea. Y sin embargo, no me puedo desprender de la sensación de angustia que aún está presente en mi corazón.

No puedo negar que he llorado de alegría. Han sido horas de intensos sentimientos. A veces emocionada por oír a los rescatistas cantando «Cielito lindo», a veces molesta al oír de los asaltos, y a aveces profundamente triste por las vidas que se han perdido.

Me siento vulnerable ante la vida. Y supongo que es una sensación humana. A final de cuentas, con todo y nuestra tecnología seguimos siendo corpúsculos de luz en medio del impenetrable universo.

Temo por mi familia, por mi casa, por mi espacio. Pero entonces, el egoísmo se va borrando. Comienzo a pensar en cuántos sueños se quedaron enterrados junto a esos cuerpos, cuántas historias que ya no serán contadas, objetos valiosos que quedarán olvidados entre los pedazos de concreto.

La vida es despiadada cuando quiere recordarnos lo frágiles que somos. A ella le tienen sin cuidado los sueños de las personas, sus metas, sus miedos. Ella sólo llega y demuestra su poderío.

No quiero mostrar imágenes. El mundo entero las ha visto ya; devastación, angustia, dolor, solidaridad, entrega, apoyo, humildad. Qué hermosa es la tragedia, pero qué cruel alegría. Qué espanto tener que hallar lo mejor de uno mismo entre la inmundicia de la muerte.

En mi consternación no puedo ni quiero pensar más. Sólo puedo decirte, de humano a humano, de dolor a dolor, de miedo a miedo, ve y haz de tu vida un regalo. No pierdas más tiempo, no hay después. Da lo que tengas que darle a este mundo, antes de que el destino te engulla, antes de que ya no veas un nuevo amanecer.

El mejor homenaje que podemos hacerles a todos aquellos cuyas vidas fueron truncadas, es vivir cada segundo con alegría y furor. Respira este aire, mira este cielo, siente esa lluvia. Aquí. Vive aquí.

…deja de postergar…haz.

 

Deja un comentario